17 oct 2009

EL MUNDO


El mundo despierta con la despedida de la luna.
Levanto parpados con sueño y reniego por que no es la una.
Mi mente impide que estas fuerzas me vuelvan demente.
Olvido que la gente camina por la calle con prisa.
No importa los sentimientos todo se ha vuelto dinero.
Juego perverso que te obliga a buscar nuevo sendero
Los ricos con su auto del año recorren las avenidas.
Tú con tu ñaño en brazos insultas sus vidas.
Camino por la calle y tropiezo con tu desdicha.
Miras a tus alrededores con sed y nadie te ofrece chicha.
Sigues con tu lucha de sobrevivir en la capital.
Tu hijo sufre fiebres altas y tú sin un peso para el hospital.
Arranco de mis bolsillos un sol y te lo ofrezco pidiéndote perdón.
La ayuda que te brindo es minúscula, no tengo justificación.
Odio este mundo que lanza sus dados siempre a ganador.
Sin impórtale las personas que no tienen un galardón.
La nobleza se ha perdido entre plazas de consumismo.
A veces creo que lo mejor es el comunismo.
Sueño con un mundo más sincero y justo para ellos.
En donde no existe el concepto de plebeyo

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