ADIOS

El mar es azul, así como tus ojos y en esos lares naufrago.
La brisa me golpea y golpea, pero sigo firme en la orilla de tu presencia.
¡Adiós!, solo eso escucho de tus labios y no aguanto las ganas se seguirte.
El inoportuno silencio se apodero de nosotros, ¡no te vallas! , he gritado.
Pero tú no respondes, ¿no me dejes? , sin embargo tú no respondes.
He mirado alrededor y solo veo gente que camina sin sentido.
Me coges de la mano con fuerza y vuelves a repetir ¡adiós!
Mi razón no entiende y no lo hará, por que sigo parado frente a ti.
Te miro, tú me miras y persigo el motivo que nos llevo a este momento.
Me sueltas y retrocedes, cada paso que das, produce una herida en mi alma.
Mis ojos se llenan de lágrimas y mientras bajan por mis mejillas se congelan.
El frió que siento no afecta solo mi exterior, ahora también mi interior.
Nunca quise que esto acabara así, pero mi vehemencia al vivir me cegó.
Ahora que te despides, vienen a mí las culpas de tu temprana partida.
!Adios!, es lo único que se me ocurre decirte y así te deje ir.